Hace poco hablábamos de la cruz escandinava como símbolo común entre varios países que forman parte de la misma koiné (entidad cultural). De la misma importancia son los escudos y símbolos como los propios colores de las banderas a la hora de definir un pueblo, una cultura. Existen comunidades culturales que comparten ciertos colores y estos se denominan colores "pan- loquesea" (el prefijo griego pan- significa "todo"). En entradas posteriores hablaremos sobre los colores panafricanos y los panarábigos, dos de los más representativos e importantes. Ahora lo que nos toca es el mundo eslavo.
Bandera de Croacia / Hrvatska con los referidos colores paneslavos y su característico escudo ajedrezado en medio (aprobada en 1991).
Estos colores parecen ser una creación del movimiento romántico eslavo en el siglo XIX, aunque existían zonas que ya los usaban como bandera nacional, como por ejemplo Polonia o Bohemia (que usaban blanco y rojo). Rusia, el gran imperio eslavo, adoptó como bandera estos colores dispuestos de la misma forma que en la actualidad (blanco, azul y rojo), y el Congreso Paneslavo de Praga en 1948 alteró la posición de los colores para crear la bandera del movimiento. No es casualidad que fuese en 1948, año de las más populares y radicales revoluciones de cuantas hubo en Europa durante el siglo XIX. No está claro el significado de los mismos, pero parecen representar la libertad y la revolución y están directamente basados en los colores de la revolución francesa (1789). La estructura tricolor fue uno de los iconos revolucionarios en toda Europa.
Bandera de Serbia / Србија. Tiene los colores de Rusia pero en orden inverso, y es de las pocas repúblicas del mundo que conserva un escudo real.
Históricamente, todos los pueblos eslavos han estado dominados por las grandes potencias salvo Rusia, que a su vez subyugó a otros pueblos eslavos (el Sacro Imperio y Austria Hungría en el centro de Europa, el Imperio Ruso en el noreste y el Imperio Otomano en los balcanes) y de ahí esa necesidad de buscar su identidad e independencia. Sin duda, el movimiento más fuerte fue el de los eslavos del sur, que tras la primera guerra mundial, y derrotados los imperios que controlaban la zona -otomanos y austrohúngaros- formaron el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, que luego pasaría a llamarse Yugoslavia. Este reino, que luego en época de Tito se convertiría en república socialista federal, usó estos colores para componer su bandera.
Bandera de la República Federal Socialista de Yugoslavia (1946 - 1991) con la clásica estrella comunista de borde amarillo (las de la bandera china) en el centro.
Tras la caída de los regímenes del este europeo, las estrellas de cinco puntas dieron paso a otro tipo de emblemas y escudos, y también a banderas de naciones recién independizadas (como la República Checa y Eslovaquia y todas las que conformaban Yugoslavia). El caso checo es el más peculiar, pues su diseño es único en Europa. A los colores tradicionales de Bohemia (blanco y rojo), se añadió un triángulo azul en el borde izquierdo para completar la tríada eslava. Esta bandera representó a Checoslovaquia durante más de 70 años y, tras la separación de 1993 (la Revolución de Terciopelo), sólo a la República Checa.
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